El uso del fotoprotector como producto de parafarmacia imprescindible cuando llega el verano es algo que tenemos muy arraigado. Sin embargo, como especialistas en atención farmacéutica nos hemos dado cuenta que muchas veces existen informaciones erróneas en torno a cómo elegir el fotoprotector más adecuado para cada una de las pieles.
Conocer cómo funciona la crema solar así como nuestra piel será clave para adquirir el fotoprotector más adecuado para prevenirnos de los rayos UVA
Cómo funciona un fotoprotector
El fotoprotector es una crema hidratante que contiene elementos que crean una capa porosa protectora entre las capas internas de la piel. Esta capa no es una barrera que no deja pasar ni un solo rayo de sol. En realidad, nuestro organismo necesita los rayos UVA para:
- Crear melanina: es la responsable de la protección natural de los rayos UVA. Oscurece las capas más superficiales de la piel para conseguir que las internas se mantengan protegidas. Por eso nos ponemos morenos.
- Adquirir vitamina D: La ciencia ha demostrado que la manera más efectiva para disponer de las cantidaddes óptimas de vitamina D en nuestro organismo es a través de los rayos del sol.
Cómo se mide la protección: el famoso SPF
SPF son las siglas en inglés de Solar Protection Factor cuya traducción al castellano es factor de protección solar.
La numeración se basa en el número de minutos que la capa porosa intracutánea es efectiva al 100%.
Por tanto, el uso de un factor 10 o 50 no implica mayor protección sino más tiempo protegido.
Es más, un protector solar factor 15 filtra el 93% de los rayos del sol mientras que un fotoprotector SPF 30 filtra el 98% de los rayos UVA. La protección es prácticamente la misma, la clave radica en el tiempo de efectividad.
Cómo saber el fotoprotector más adecuado para la piel
Descubrir la crema solar más adecuada para nuestro tipo de piel se puede obtener con un sencillo ejercicio y una operación matemática.
Lo primero es exponerse al sol sin protección y contar los minutos que tarda nuestra piel en comenzar a sentir los signos de enrojecimiento.
Una vez a la sombra, hay que realizar esta operación matemática:
Minutos de exposición x SPF=Tiempo que el fotoprotector será efectivo
Un ejemplo:
Si una persona tarda 10 minutos en comenzar a ponerse roja y usa un fotoprotector con un SPF 15 puede estar expuesta a los rayos UVA 150 minutos. (10×15 =150)
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