Los herpes son la punta del iceberg de una infección interna del cuerpo que se manifiesta a través de los labios, provocando calenturas en forma de ampollas con altas dosis de pus. Suena desagradable, tal y como son los herpes.
A pesar de su aspecto poco atractivo, es una enfermedad muy común que no reviste importancia. Tal y como vienen, se van (aunque en realidad desaparecen de las zonas visibles de la piel ya que permanecen en el organismo de manera latente). Eso sí, hasta que se secan pasa un tiempo en el que tenemos la sensación que lo único que tenemos en la cara, más allá de ojos o nariz, es un enorme herpes que centraliza las miradas.
¿Por qué salen los herpes?
Los herpes suelen manifestarse por multitud de causas, pero las más comunes serían:
Cambios hormonales: La menstruación, embarazos, menopausia pero también los cambios típicos de la adolescencia son propensos a la aparición de herpes.
Estrés: Etapas de mayor nerviosismo y estrés hace que nuestras defensas disminuyan y, por tanto, se abone el campo de cultivo para la aparición de herpes.
Cambios de temperatura: Cambios bruscos en el mercurio llevan a nuestro cuerpo a estar más expuesto a la infección. Estos cambios pueden ser situaciones en las que haga mucho frío o en las que haga mucho calor. Cualquier temperatura es buena para un herpes.
¿Cómo se contagia o transmite un herpes?
Esta pregunta es de difícil respuesta ya que la inmensa mayoría de la población somos portadores de los virus que desencadenan un herpes pero no necesariamente tenemos que manifestarlos.
Pero, evidentemente, cuando un herpes está en plena ebullición, es imprescindible extremar las precauciones para evitar un contagio.
Evita demostrar tu amor (al menos cuando el herpes esté potente): Nada de besos ni contactos labiales. Es difícil, pero es lo mejor.
Por un día, sé egoísta: Es mejor no compartir ni cubiertos, ni vasos, ni botellas de agua, ni pajitas ni nada que pueda llevar a un contacto labial. Lo sabemos que es difícil, pero (insistimos) que es lo mejor.
Fases del herpes
Primera fase, hormigueo: Antes de que aparezcan síntomas visibles, los herpes se manifiestan en capas internas de la piel. Es por eso que comienzan los hormigueos y los picores días antes de su manifestación superficial.
Segunda fase, hinchazón: Cuando aparece en las capas superficiales, la primera manifestación es la inflamación de la zona. Además, comienza a adquirir un color rojizo. Y el hormigueo y el picor no cesa (¡no os rasquéis!)
Tercera fase, la ampolla: Con la zona hinchada, aparece una ampolla que se llena de líquido. Estamos en la etapa más importante ya que aquí el herpes parará de crecer.
Cuarta fase, peligro de contagio: Cuando la ampolla se explota, la zona libera los virus. Ahora es el momento de extremar las precauciones porque el contagio está latente.
Quinta fase, secado y alicatado: una vez el herpes expulsa todo el líquido, es el momento en el que se cierra, se seca y se cicatriza. Problema solucionado.
Soluciones al herpes
Lo más importante es consultar al farmacéutico o al dermatólogo de confianza ya que no hay nadie mejor que ellos para recomendar el producto o la crema más adecuada.
Os dejamos un vídeo resumen sobre el herpes.
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